Descubre cómo desarmar la temida objeción “Tengo que pensarlo” y multiplica tus ventas

A todos nos ha pasado que ya cerca de hacer el cierre de ventas, nos enfrentamos a la temida objeción “tengo que pensarlo”. No se tú, pero yo al principio, me frustraba, y decía “¿Qué hice mal? ¿En serio no logré ir más profundo?”. Pero con el tiempo, descubrí estrategias para abordarla y aumentar mis ventas. Ahora, quiero compartir contigo estos secretos para que puedas superar esta objeción como un profesional.

  1. Empatiza y valida sus sentimientos: Cuando un cliente me decía “tengo que pensarlo”, empecé a reconocer y validar sus sentimientos. Mostraba empatía: “Entiendo que quieras tomarte un tiempo para pensarlo. Es una decisión importante, y quiero asegurarme de que estés completamente satisfecho con tu elección”.
  2. Haz preguntas para identificar las razones subyacentes: Aprendí que, en muchos casos, la objeción “tengo que pensarlo” podía ser una expresión de otras preocupaciones o dudas. Así que comencé a hacer preguntas para descubrir las razones subyacentes: “¿Hay algún aspecto en particular que te gustaría analizar más a fondo o algo que te preocupe sobre nuestra solución?”.
  3. Ofrece información adicional y aborda las preocupaciones: Una vez que identificaba las preocupaciones del cliente, ofrecía información adicional o abordaba las preocupaciones directamente. Por ejemplo, si un cliente estaba preocupado por el precio, discutía opciones de financiamiento o comparaba el costo con el valor que recibirían.
  4. Establece un seguimiento: Si un cliente necesitaba realmente tiempo para reflexionar, establecía un seguimiento. Preguntaba cuándo sería un buen momento para retomar la conversación y me aseguraba de hacerlo en la fecha acordada. Esto demostraba mi compromiso con el cliente y ayudaba a mantener la relación.
  5. Proporciona incentivos o beneficios adicionales: Me di cuenta de que, a veces, un incentivo adicional o un beneficio exclusivo podían ser suficientes para que un cliente tome una decisión. Por ejemplo, ofrecía un descuento por tiempo limitado o acceso a una promoción especial si se tomaba una decisión en un plazo determinado.

Gracias a estas estrategias, logré superar la objeción “tengo que pensarlo” y aumentar mis ventas de manera significativa. Estoy seguro de que, si las aplicas en tu proceso de ventas, también te ayudarán a ti.

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